Cristina Garaizabal
Hablar de personas trans, como prefiero llamarlas por parecerme más incluyente, nos remite al sexo, al género, al deseo y la práctica sexual. Conceptos todos ellos que se han ido configurando como elementos centrales en la construcción de la identidad individual partiendo del axioma de que sólo existen dos sexos —y dos géneros—, definidos de manera que entre uno y otro nada es posible.