Feminismos y personas LGBT

GPyF

Por Mario Gatti:

En este artículo intento explicar cómo el feminismo, al abordar las categorías hombre/mujer, evidencia fenómenos análogos a los generados por la contraposición heterosexual/LGBT. Analizo cómo los mecanismos psíquicos del poder promovieron la creación de categorías de jerarquización humana, mostrando su carácter de construcción social y sus efectos en la sociedad. Luego continúo describiendo algunas interacciones entre los movimientos feministas y LGBT en la segunda mitad del siglo XX, y por último, concluyo señalando las proyecciones de estas realidades en la práctica terapéutica.

Quiero puntualizar que LGBT es una sigla contemporánea cuyo uso en períodos anteriores es anacrónico. Simplificando: En el siglo XIX, el foco estaba centrado en la «inversión sexual», que englobaba homosexualidad, travestismo y bisexualidad.

Escribo como gay, feminista, víctima y estudioso de la homofobia1. Participante de COGAM, una ONG madrileña LGBT, con cuyo grupo de Educación impartí talleres sobre diversidad sexoafectiva en institutos de la Comunidad de Madrid, tarea que me sensibilizó más a otras discriminaciones: de mujeres, de personas racializadas (es decir, no blancas)2, y de otros colectivos.

El feminismo como espejo de lo que pasa en las minorías sexoafectivas

En principio, estamos ante dos grupos disímiles: las mujeres son media humanidad, mientras del otro lado hay grupos minoritarios y heterogéneos. Además, existen intersecciones entre ellos, no sólo porque hay mujeres en todas las minorías sexuales, sino porque siempre se suman otros criterios jerarquizadores como la etnia, el país de origen, la clase social, etc., que producen nuevas interseccionalidades3 que atraviesan a las personas, incidiendo en la construcción de su identidad.

Consideramos la identidad como la dimensión social de la experiencia subjetiva, construida a través de sucesivas identificaciones en el tiempo. A mayor autoconciencia de la identidad, menor alienación.

Comparar los binomios hombre/mujer y heterosexual/LGBT es pertinente por el denominador común del machismo, y por las jerarquizaciones y privilegios que generan. Si las mujeres fueron definidas desde los varones, los disidentes sexuales lo fueron desde los (hombres) heterosexuales. Ambos grupos comenzaron siendo objeto del discurso de los dominantes, y sólo después lograron ser escuchados. En ningún caso se alcanzó aún la igualdad real.

Dichas subordinaciones, que tenían precedentes, se agudizaron con la crisis del Antiguo Régimen. En él, las distinciones más importantes separaban nobles de plebeyos, y libres de esclavos, quedando relativizadas las demás.

Dos mujeres destacaron defendiendo la igualdad de los sexos: Olimpe de Gouges en 1791, proclamando los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, y Mary Wollstonecraft, primera en llamar «privilegio» al poder de los hombres sobre las mujeres, pidiendo su independencia económica, la igualdad entre los sexos y la necesidad de tener representación parlamentaria, en 1792. La francesa fue guillotinada, la inglesa, ignorada.

La sumisión de la mujer al hombre —padre, marido, hijos— fue consagrada por el Código Napoleónico, tomado por otros Estados como modelo. Consideraba delitos al aborto y el adulterio femenino, y limitaba la presencia femenina en el espacio público. Aunque las mujeres trabajaban desde el Neolítico en el campo, se arguyó que, con la industrialización, los hombres debían centrarse en la producción —y ocupar el espacio público— y las mujeres, centrarse en la reproducción y lo doméstico.

Bentham (1785) defendió la inocuidad de la sodomía. Despenalizada en Francia en 1791 y luego en los Estados que adoptaron su código, siguió siendo criminalizada en Alemania, el Reino Unido y EE.UU4. Es decir, que la represión de las minorías sexuales no fue tan uniforme como la de las mujeres5. Fue en Estados Unidos donde Emma Goldman, encarcelada a principios del siglo XX por difundir métodos anticonceptivos, defendió públicamente los derechos de las personas homosexuales.

En Occidente, el foco de conflicto en los siglos XIX y XX estuvo puesto en los derechos políticos y laborales. Veremos ahora cómo se logró diluir las demandas de mujeres y disidentes sexuales.

Los mecanismos psíquicos del poder: la proliferación de categorías

Desde mediados del siglo XIX, Occidente pareció contrarrestar la equidad resultante del abandono de las diferencias entre libres y esclavos, y entre nobles y plebeyos, con otras jerarquías derivadas del sexo y la sexualidad, a las que atribuyeron un poder revelador de la esencia de cada persona.

Los argumentos teológicos que subordinaban la mujer al hombre fueron reforzados por los «científicos». Invisibilizando lo distintos que podían ser los hombres entre sí, y las mujeres entre sí, los médicos enfatizaron la complementariedad de los sexos, determinando la sexualidad «normal». Los poderes jurídico y psiquiátrico respaldaron esa «moral victoriana», que excluía las sexualidades no heterosexuales ni coitocéntricas, empujadas a la clandestinidad. La sensación de liberación que daba resistir a esos discursos, practicando esas sexualidades, fue justamente uno de los efectos del poder que los sustentaba, que impulsó lo que pretendía reprimir.6

Se estableció así el «régimen de sexualidad» por el que el sexo y la biología determinaban la identidad sexual y el deseo, en base a que no podía existir nada intermedio entre hombre y mujer (binarismo) y que el único deseo natural era heterosexual. La jerarquización se consolidó con otros binarismos, como cultura/naturaleza, racional/intuitivo, objetivo/subjetivo, mente/cuerpo, etc. en los que a la mujer se le asignó la segunda opción.

La jerarquía tuvo su correlato en la asimetría del deseo sexual atribuido a hombres y mujeres. Se justificaron unas mayores necesidades viriles, satisfechas en burdeles o relaciones extramatrimoniales, pues la infidelidad masculina no fue considerada causa de divorcio.

Esa sexualidad se impuso a cada individuo como un subproducto del género, en base a: dos cuerpos, dos roles y dos identidades que conformaban la diferencia, jerarquización y complementariedad de los sexos.

La jerarquización fue consustancial a la división sexual del trabajo, consistente en asignar a los varones las tareas con más valor social agregado, orientando las mujeres al ámbito doméstico, siempre disponibles para la familia, aunque ese trabajo —incluido el reproductivo— fuese invisibilizado y no remunerado. Cualquier incongruencia anatómica, de género o de práctica, fue controlada, señalada como anormal, y estigmatizada.

Desde el siglo XIX, se vio «normal» que el varón heterosexual (blanco, capaz, etc.) estuviera en el espacio público, mientras que la mujer o los LGBT tenían que justificar allí su presencia como tales. Esas mujeres, además de distanciarse de las otras, debían acentuar su diferencia con los hombres, embellecerse y «feminizarse».

Análogamente, las personas LGBT fueron condicionadas a disimular su presencia —en el «armario»— o visibilizar su diferencia, aceptando las profesiones en que eran toleradas, exponiéndose ocasionalmente al escarnio. Cualquier opción tuvo por consecuencia asumir la culpa, la duda, el miedo y la vergüenza de no vivir conforme a las expectativas.

La sodomía, tenida históricamente por la Iglesia como un acto tentador para cualquiera, fue considerada inherente a los hombres homosexuales, que fueron caracterizados de un modo específico: Recién entonces se les atribuyó afeminamiento, así como masculinización a las lesbianas, en la creencia de que la sexualidad «debía» traslucirse en toda la persona. El resultado fue invisibilizar las relaciones gais «no invertidas» y otras realidades que no encajaban con aquel modelo de homosexualidad, como el lesbianismo, visto como prolegómeno a la llegada del «hombre/macho», que encarnaba la única sexualidad representable y la satisfacción femenina.

Las personas excluidas de la sexualidad «normal» vieron negada cualquier posibilidad de subjetividad, pues se desdeñaron sus actos y censuró su palabra.7 Estas ideas se exportaron a todo el mundo cuando Gran Bretaña difundió la legislación represiva por su Imperio, donde la sodomía siguió siendo delito durante décadas.

Aunque la sexualidad «natural» era lo único permitido, también era imprudente hablar de ella, era algo privado. En realidad, solo se naturalizaron algunas conductas, principalmente el coito vaginal heterosexual «procreativo», mientras convertían en perversas a casi todas las demás. Un mecanismo de poder fue dar por natural e inmodificable lo que era una construcción social en evolución.

Y sin embargo, frente a ese poder hubo resistencia. Sin cuestionar sus postulados, la población atravesó ese marco. Cuando a mediados del siglo XX, Alfred Kinsey y su equipo entrevistaron y encuestaron a miles de estadounidenses el contraste fue enorme; el resultado estaba lejos de lo postulado. Baile describe dos evidencias: El comportamiento de las personas podía ir de completamente heterosexual a completamente homosexual, y la homosexualidad no era algo anecdótico; tres de cada ocho hombres habían tenido alguna experiencia homosexual con orgasmo entre los dieciséis y los cincuenta y cinco años.8

Cómo operan los mecanismos psíquicos en las mujeres y en las personas LGBT

Las categorías fomentan unas expectativas sociales que condicionan a las personas. Al interiorizar las normas, el control social se convierte en autocontrol. Así, las categorías pueden encerrar y limitar el propio desarrollo a la vez que facilitan la construcción de nuevas subjetividades. Por ello, es distinto adoptar una categoría que ser designado desde fuera como perteneciente a ella. Sólo desde dentro de una categoría se la puede resignificar, modificarla.

Las categorías cambian de contenido en el tiempo y en el espacio. Por ejemplo, «mujer»:

  • En el tiempo. Laqueur9 recuerda que se dejó de creer en lo indispensable del placer femenino para procrear cuando se consiguió en 1770 «inseminar» una perra con una
  • En el espacio. La sexualidad y la fortaleza física eran diferentes al comparar las europeas blancas con las mujeres de las colonias. Los médicos patologizaron la masturbación femenina en las blancas afirmando que hacía crecer el clítoris y producía ninfomanía. En cambio, en las mujeres negras un clítoris grande era una especificidad antropológica, evidencia de su apetito sexual.10 Paralelamente, se bestializaba —para deserotizarlas— a las mujeres negras: se explotaba igual a una mujer que a un hombre negro en una plantación. Sin embargo, las mujeres blancas eran consideradas frágiles en comparación con los hombres.

 

Así, las mujeres fueron jerarquizadas entre sí, como denunció Sojourner Truth, la única exesclava negra presente en la Primera Convención Nacional de Derechos de la Mujer (Worcester, Massachusetts, 1850), donde preguntó: «¿Acaso no soy yo una mujer?», para denunciar la doble exclusión, por raza y género, que padecían las mujeres negras. Al hacerlo, resignificó la categoría «mujer». Al narrar su vida de esclava, evidenció lo falso de la

«natural debilidad» de las mujeres.11 Hay otras vías para dificultar la autoconciencia de las mujeres. Minimizarlas en cuanto tales, atribuyendo sus logros a su linaje, su religiosidad, etc. O enfatizar qué bellas son en vez de lo valioso que hacen, fomentando la búsqueda del «cuerpo perfecto». O destacar que son «la esposa de…» y no alguien con peso propio.

Algunas han ocultado su género, fingiendo ser hombres, como George Sand, las hermanas Brontë, Colette… incluso J. K. Rowling, remplazó su nombre por las iniciales al publicar Harry Potter.

Hay un borrado de las mujeres en la Historia parecido al que sufrieron los disidentes sexuales, sobre quienes también operaron mecanismos para ocultar lo que cuestionaba los estereotipos asignados. Chevaux12 analiza la censura en las artes, y distingue entre:

  1. Censura intelectual, mediante:
  • Travestimiento. Como sostener —falsamente— que Alcibíades —pareja de Sócrates en El banquete—, era una mujer, o que los Sonetos de Miguel Ángel estaban destinados a una
  • Reinterpretación. Deformar el sentido homo/bisexual de un texto para hacerlo
  • Omisión de la identidad sexoafectiva. Por ejemplo, las Obras Completas de Paul Verlaine excluyeron sus poemas homosexuales hasta 13
  1. Censura institucional. El papa Gregorio VII mandando quemar los poemas de Safo de Lesbos en el siglo XI. Los nazis queman en 1933 los libros sobre diversidad sexual reunidos por Magnus
  2. Autocensura. Dejar publicaciones para después de la muerte, como Forster con su . O hacer ediciones reducidas como el Corydon, de André Gide, o Un problema de ética griega, de Symonds. Incluso fingir que se traduce un original antiguo, como cuando Luigi Settembrini escribió Los neoplatónicos.14

 

Censura y autocensura se combinan aquí y ahora para que desconozcamos la existencia de futbolistas —o ejecutivos de multinacionales— homo o bisexuales. ¿Porque pertenece a su vida privada o porque afectaría sus carreras, de saberse? Como ellos, hay muchas personas invisibles…

Actualmente, los grupos LGBT siguen condicionados por la mirada social. Según Viñuales15, homofobia y lesbofobia se manifiestan con: Inferiorización, derivada de atribuir a alguien cualidades del otro género; deshumanización, al desdeñar sus emociones, y distanciamiento social, al negarles valor. La deshumanización alimenta la convicción de merecer los privilegios propios por estar en la posición correcta, consagrando la desigualdad.

En su obra Bifobia, Domínguez Ruiz16 contrasta que, por un lado, se habla de bisexualidad innata y natural; donde, si todos somos bisexuales, nadie lo es en la práctica. Y por otro, es caracterizada como coartada para no salir del todo del armario, o como inmadurez e indecisión. Señala que a las personas bisexuales se les impone una alternancia de géneros entre sucesivas relaciones para acceder a la etiqueta, además de ser hipersexualizados.

La transfobia expresa la hostilidad hacia quienes transgreden las fronteras entre sexos y géneros, cuestionando las referencias del orden heterosexista, y que se manifiesta en violencia simbólica cotidiana: Desprecio, desagrado y discriminación institucionalizada, que se traducen en el abandono escolar por acoso, alto paro por ser eliminadas de la selección en las entrevistas, violencia física hasta el asesinato, etc.

La aparición de la transexualidad como categoría diagnóstica a mediados del siglo XX fue paralela al avance de las técnicas quirúrgicas, lo que incidió en enfocar su abordaje logrando cambios corporales. En la creencia en una correspondencia entre «sexo» y «género», radica el postulado de que la persona trans* vive en un «cuerpo equivocado», si no es «leído» por los demás como la persona lo siente17. La «necesidad» del cambio físico dejó a las personas trans* a merced del cuerpo médico, que recurrió a la patologización para justificar sus «tratamientos», potenciando la discriminación institucional.

El rechazo al cuerpo disonante de la norma (o del DNI) dificulta la evolución del paradigma, aunque florecen discursos reivindicando tanto la primacía del sexo sentido sobre la apariencia corporal, como autodefinirse «no binario» por ver innecesario identificarse con un género.

Interacciones entre el movimiento feminista y los movimientos LGBT

La conciencia de la identidad y la sumisión femeninas coincide temporalmente con la de las personas LGBT, lo que propició las influencias mutuas.

Simone de Beauvoir señaló que mantener la subordinación requiere el consentimiento de las personas dominadas. Como este consentimiento es facilitado por la falta de conciencia de sí y la falta de conciencia de grupo, a largo plazo el movimiento LGBT se benefició del trabajo previo feminista sobre la sexualidad, la organización familiar, etc., saberes que permitieron captar la historicidad de la «diferencia sexual», las prerrogativas que conlleva y lo normativo de la heterosexualidad reproductiva de la familia patriarcal. Si las luchas laborales eran tenidas por combates políticos, el cambio en la lucha feminista se aceleró al expresar «lo personal es político».

Para Dorlin, a partir de despsicologizar y desindividualizar la vivencia femenina, se creó un sujeto, «las mujeres», como identidad política, partiendo de las expresiones de una condición social, histórica y vital común. Con ese apoyo pudieron relativizar lo introyectado, deviniendo sujetos de conocimiento: Denunciaron la división sexual del trabajo, la invisibilización de las tareas domésticas y el desconocimiento masculino de lo concerniente al trabajo de reproducción y de cuidados, arguyendo que «todo conocimiento que no reconoce la opresión social, la niega, y así la sirve objetivamente».18

Según Halperin19, fue Foucault quien dio las herramientas para luchar contra los discursos teóricos sobre la sexualidad, enfocando el rol que jugaron en la historia de las prácticas institucionales europeas, para su crítica radical de la cultura disciplinaria moderna. Postuló que, al politizar el sexo, Foucault lo despsicologiza, pues la sexualidad pasó del dominio del fantasma individual al dominio del poder social y del saber. Gracias al pensador francés, se puede abordar la homofobia como un problema político y no psicológico, ya que sus causas no están en la vida psíquica, sino en la ansiedad que despierta el modo de vida gay, que cuestiona los dispositivos del poder. Veamos ahora cómo se ha traducido esto en el devenir histórico, en Estados Unidos y en España.

El feminismo contextualiza en EE.UU. las movilizaciones homosexuales que se enfrentan a la policía en 1969 en los sucesos Stonewall, en Nueva York. Marche20 sostiene que su influencia no se limita a la del lesbianismo militante, sino que es consecuencia del feminismo radical, pues tanto Política sexual de K. Millet como La dialéctica del sexo de S. Firestone, denunciaban el sexismo de la sociedad y las relaciones de dominación dentro de la familia.

Ese sexismo siguió siendo denunciado en 1992 por Allen Young, periodista, activista y escritor, militante del Frente de Liberación Homosexual, para quien la liberación gay era una lucha contra el sexismo. Alentó a los militantes a detectar el sexismo tanto en las instituciones como en el interior de cada uno, pues la conciencia del propio sexismo era esencial para la liberación gay, apropiándose del eslogan «lo personal es político».

Otra influencia feminista en la lucha LGBT se da en la lucha contra la estigmatización. En los años previos a la despenalización norteamericana del aborto en 1973, unos colectivos locales canalizaban abortos ilegales, pero seguros y al menor costo posible. Algo que permitía escapar a la culpabilización moral desencadenada sobre las mujeres que interrumpían voluntariamente su embarazo. Paralelamente, con la crisis del sida, en los años ochenta, la organización comunitaria GMHC (Gays Men’s Health Crisis, Crisis de Salud de Hombres Gay) suplió las carencias de los poderes públicos, dando cuidados médicos, sostén psicológico, material y jurídico ante las situaciones nuevas que surgían por la epidemia, humanizando a los estigmatizados por el sida.

Las mujeres y las personas LGBT, utilizaron estrategias similares para enfrentarse al androcentrismo y la heteronormatividad del cuerpo médico. Marche21 recuerda que desde el feminismo radical del Boston Women’s Book Collective, en 1970 se publicó Nuestros cuerpos nuestras vidas, libro que marcó un hito en la toma de conciencia femenina de la salud. En él, las mujeres expresaban sus experiencias con los profesionales que las juzgaban sin informarlas —condescendientes y paternalistas—, y recomendaban hacerse expertas de su propia salud, porque si la salud era un derecho y la medicina, un servicio público, la desigualdad en la relación entre curador y curado era susceptible de desaparecer.

Esto influyó notoriamente en la actitud con que Act Up interpeló a los poderes públicos por su desidia en la lucha contra el sida desde su creación en 1987. En nombre de una identidad particular, reivindicaba la toma en cargo de la salud por los poderes públicos, politizando la homosexualidad masculina a través de movilizaciones insólitas hasta entonces22. Muchas mujeres se comprometieron en la lucha contra el sida en una época en que la enfermedad azotaba sobre todo a varones homosexuales.

Otro punto de encuentro se dio en la lucha contra la violencia. La ejercida contra las mujeres —violaciones, violencias conyugales, etc.— estaba siendo denunciada desde décadas antes de que se multiplicaran las agresiones dirigidas contra homosexuales. Los colectivos coincidieron en pedir leyes que considerasen agravante una motivación sexista u homófoba, o en manifestarse para que la sociedad tomara conciencia de la vulnerabilidad de las víctimas.

Como contrapunto, también hubo divergencias que alejaron al movimiento LGBT del feminismo. Por ejemplo, las luchas para acceder al matrimonio y la filiación por las parejas homosexuales diluyeron la diferenciación entre los sexos como base del matrimonio, y la correlación entre feminidad y maternidad, al permitir que dos hombres fueran padres.

Otro cambio se dio en las fuerzas armadas. Antes de Clinton, el movimiento gay cuestionaba el sistema militarista por reforzar el sexismo, por victimizar a mujeres y a disidentes sexuales. Los años noventa fomentaron la masculinización de la identidad gay y lésbica, enfatizando que los gais eran «verdaderos hombres» que merecían servir en las fuerzas armadas.

Esa virilización entroncó con la imagen comercial que se daba del gay por lo menos desde los años ochenta, observable en las revistas y en los actores porno, vehículos de universalización del estereotipo. Leraton23 describe la adopción de las formas masculinas de las clases trabajadoras para expresar la conciencia de ser hombres: pelo corto, bigotes fornidos y barbas bien esculpidas. Desde ese marco, el afeminamiento no enorgullece, generándose nuevos introyectos acerca de cómo «debe ser» un gay y endodiscriminación. La virilización del estereotipo rompió algunos «techos de cristal» para ciertos LGBT sin modificar las causas de la homofobia social.

Echaremos ahora un vistazo a España, siempre diferente. Trujillo24 contabiliza cinco mil juicios y mil condenas a hombres homosexuales en los años setenta, excluidos de la amnistía y los indultos. Ante esta represión, lo primero fue luchar por la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, objetivo alcanzado en 1979 por frentes en los que coexistían lesbianas, gais y transexuales. Paralelamente, las mujeres consiguieron el acceso a los anticonceptivos y la derogación del delito de adulterio (1978). Martínez señala que, después, los colectivos se desmovilizaron.25

Las lesbianas hesitaron entre la militancia feminista y la lésbica. Al hablarles de heterosexismo a las mujeres heterosexuales, no encontraron bastante eco. La detención de dos mujeres por «escándalo público» por besarse, en 1986, motivó muchas manifestaciones culminadas en «besadas» colectivas. A fines de los ochenta parecía volverse a la especificidad de la identidad sexoafectiva, en vista de que el feminismo excluía la diversidad de las mujeres que aspiraba representar.26

En los noventa, muchas lesbianas reclamaron un protagonismo propio, señalando la necesidad de separar las reivindicaciones que vienen de la discriminación de todas las mujeres de las provenientes del heterosexismo (lesbo y transfobia). Una corriente fue el lesbianismo moderado o pragmático y la otra, el queer o radical. Las moderadas se centraron en derechos y servicios para las lesbianas y se incorporaron a colectivos mixtos como COGAM, a mediados de los noventa. Las radicales se agruparon en LSD (Lesbianas Sin Dudas), orientándose al cambio social. Señalaron las discriminaciones por minoría sexual, edad, clase social, etnia, etc., y realizaron campañas específicas para informar a las lesbianas sobre cómo protegerse de la infección por VIH, denunciando el vacío sobre este tema en las campañas de las asociaciones LGBT27. Su equivalente más extendido entre hombres fue LRG (La Radical Gai), que denunciaba la pasividad de los grupos más organizados.

Estos grupos radicales entre otros, abrieron la puerta en España a la teoría queer, a la que me referiré luego.

En 1992 se creó la FEGL (Federación Española de Gais y Lesbianas), a la que en 2003 se suman las personas transexuales y, en 2007, las bisexuales, tomando el nombre actual de FELGTB.

Por su parte, Marcela Lagarde propuso la idea de sororidad, de hermandad entre todas las mujeres de cualquier clase o condición, para reducir las distancias entre mujeres del Norte y del Sur, de distintas clases sociales, etnias, religiones, orientaciones sexoafectivas, etc., buscando la igualdad en la diversidad.28

 

Incidencia en la práctica terapéutica

El cambio a medio plazo pasa por la actualización curricular en la enseñanza, naturalizando la diversidad sexoafectiva29. Mientras tanto, veamos qué podemos incorporar profesionalmente para ayudar a quienes nos consultan.

El campo tiende a invisibilizar que la norma se construye a partir de un estándar de hombre, heterosexual, blanco, válido, joven, etc., y que suele tener por naturales unas categorías que en realidad fueron construidas y evolucionan en el tiempo.

Esta percepción es profundizada por la ideología neoliberal que encomia premiar — supuestamente— el mérito individual, mientras invisibiliza las desigualdades desde las que la humanidad parte, esconde las asimetrías que condicionan la capacidad de agencia de cada persona, y nos impulsa a creer que nuestros logros dependen solo de nosotros mismos. Sin embargo, sabemos que existen la brecha salarial, la doble jornada, y muchas otras evidencias más de discriminaciones cotidianas (racismo, aporofobia…).

Ser consciente de estas desigualdades posibilita su transformación. Difícilmente podamos dar esa consciencia si carecemos de ella. Muchas personas pueden vivir situaciones estructurales generadoras de culpa o vergüenza, sin advertir su pertenencia a una o más categorías inferiorizadas. Es muy probable que esa conciencia genere un revitalizante enfado y con él, energía necesaria para la transformación.

El campo también nos acercará a personas sexistas y homófobas. Nuestro trabajo, además de concienciar, debe incluir compasión hacia ellas, señalando también el privilegio que puedan detentar sus beneficiarios.

Ante las asimetrías de trato que se derivan de ser o no ser mujer o LGBT, nuestro acompañamiento terapéutico conlleva poner el foco en la resistencia a la presión, dando libertad para que cada persona decida en qué forma la ejerce de acuerdo a sus circunstancias, necesidades, capacidades, etc. Nuestro trabajo también incluye el reconocimiento, facilitar la búsqueda de sentido a cada vida, la autorrealización, y una mayor autenticidad.

Así como el reconocimiento apuntala la identidad, esa legitimación que podemos otorgar como terapeutas es parte de un proceso de cocreación de un mundo mejor, especialmente útil si valoramos los efectos que conlleva el cambio individual como motor del desarrollo social. Las fallas en el reconocimiento causan daño y opresión; nuestro horizonte es el de valorar las dificultades atravesadas y dar conciencia de ellas, tanto como del contexto en que vive cada paciente, para darle poder.

Ser conscientes del punto de partida, con sus ventajas o desventajas, ayuda a sentir que ni el fracaso ni el éxito dependen totalmente de cada persona, ya que cualquier decisión es interdependiente del contexto, que incluye los mandatos de género. Entre ellos, el de maternidad/paternidad, que en tantas mujeres —ocasionalmente en personas LGBT— es vivido como un requisito a compatibilizar con otra cosa.

Con cada paciente construimos un relato diferente de la vida que tuvo, sin obligarle a ser de un modo u otro, pues no preconizamos ningún dogmatismo. Cuando los mandatos de género afectan al cuerpo, respetamos a quien pretenda alinearse con el ideal de belleza normativo, (aunque pueda consumir autoestima, tiempo, recursos, mermando energía para otras causas) sabiendo que quien actúa así también tiene agencia y es esa persona, viendo sus circunstancias, quien decide qué pasos le conviene dar. Esto no impide que evitemos comparar cada cuerpo con un ideal externo irreal, y nos permite valorar el cuerpo de cada persona.

Cuesta creer que podemos conseguir algo, si alguien de nuestro aspecto o idiosincrasia no lo consiguió nunca antes. Al lograrlo, ampliamos horizontes para otras personas. Quien considera que «lo personal es político», valora más cada cambio individual por su contribución a la evolución del campo.

Un apoyo específico en la busca de alternativas para resistir los mecanismos psíquicos del poder es la teoría queer,30 que rechaza la clasificación de las personas en mujer, hombre, heterosexual, homosexual, trans*, bisexual, etc., alegando que ninguna de ellas es más fundamental o natural que las otras, pues todas las identidades son igualmente anómalas. Al considerar que el género es una construcción artificial, permite repensar las identidades de un modo más complejo, por la intersección de más elementos —clase social, sexo, raza u otras—atacando el núcleo de la  heteronormatividad.31

Dejando atrás unas categorías cerradas y excluyentes, las personas podemos fluir con mayor libertad, permitiéndonos ocasionalmente unas prácticas en principio reñidas con la identidad que nos atribuimos y actualizar nuestra identidad si lo consideramos conveniente. No podemos borrar nuestra historia, aprender supone añadir, y pretender atarse a una coherencia rígida puede ser para algunas un precio muy caro a pagar por mantener una identidad estable.

Judith Butler32 plantea que no hay un recorrido «normal» de la identidad, que nunca llegamos a hacernos hombres o mujeres porque las identificaciones no se cierran nunca. Para ella, sexo y género actúan y forman parte de un cuerpo que se construye desde el principio, que puede evolucionar después de la infancia, sin que eso implique que haya vivido equivocadamente.

El colonialismo moderno produjo en Occidente un modelo que jerarquizaba el centro (Europa) en detrimento de la periferia (sus colonias). Vimos como ese modelo jerarquizador fue extendido luego a otras categorías, sumando discriminaciones. Nuestra mirada gestáltica sabe que sin centro, no hay periferia, tenerlo presente beneficiará a quienes nos consulten.

Conclusión

En este trabajo he intentado mostrar como las categorías de las minorías sexoafectivas y de la mujer fueron construidas socialmente de un modo análogo y generaron opresiones paralelas. Hemos visto cómo las luchas por la igualdad de ambos grupos se entrelazan, y por último, cómo el conocimiento de estos fenómenos nos puede ayudar en nuestra práctica terapéutica.

Considero que estas discriminaciones son funcionales al neoliberalismo imperante porque permiten disfrazar de «justicia» las dinámicas de exclusión, dificultando por un lado la percepción de las desigualdades en su real magnitud. Por otro lado, porque su pretensión de responsabilizar a cada persona de cómo le va en la vida, las fuerza a mirarse a sí mismas quitando su vista del campo.

¿Qué necesita cada paciente, que no empeore el campo en el que convivimos? No hay salida sin compasión, tanto con la víctima como con quien detenta el privilegio. Sólo desde allí podremos empatizar con todos y contribuir a hacer de esta Tierra un mundo habitable por todas, en el que cada persona tenga su sitio. Nuestro acompañamiento terapéutico se potenciará si las ayudamos a ser menos cómplices y menos víctimas.

Mario Gatti

Terapeuta Gestalt. Programa SAT con Claudio Naranjo.
Licenciado en Historia y Odontología.
Imparte talleres sobre Homofobia Interiorizada para personas LGBT y a profesionales, y de Afectividad y Sexualidad para hombres gais o bisexuales.
Participa en RED Educación 2012, con talleres en institutos sobre el respeto a la diversidad afectivosexual.

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Historiador

MARIO-OSCAR GATTI DÍAZ

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
mariogd@gpyf.es
  • Licenciado en Historia (U. del Salvador).
  • Licenciado en Odontología (U. de Buenos Aires).
  • Especialista Gestalt.
  • Formado en:
    • Formación en Psicoterapia Integrativa (Programa SAT) con Claudio Naranjo, Suzy Stroke, Antonio Pacheco y colaboradores.
    • Abordaje terapéutico de la sexualidad (CEAPS), con Albert Rams.

    • Análisis del Proceso grupal, con Paco Peñarrubia.

    • Formación en Terapia de Pareja, con Grazia Cecchini.

    • Psicoterapia Feminista y Transformación Social (PTF).

    • Formación en Terapia Sistémica (Psicogestalt).

    •  «Aspectos psicosociales, jurídicos y socioeducativos de la diversidad sexual.
    • Intervención con población LGTB” en Colegio Profesional de Educadoras y Educadores Sociales de Madrid.
    • “Chemsex. Nuevos patrones de consumo de sustancias en HSH”, por FELGTB y la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid.
    • “La fuerza del despertar”. Curso online sobre violencia machista. Fundación Sexpol.
    • “Actualización en VIH para intervenciones en ámbito educativo”, por FELGTB.
    • “Especialización en Psicología Afirmativa Gay”.
    • “Hombres contra el machismo (para profesionales)”, con Fabián Luján Acevedo.
    • “La sexualidad del hombre gay”.

 

  • Miembro Titular, Supervisor y Didacta de la Asociación Española de Terapia Gestalt (AETG).

 

  • Facilitador de talleres de:

    • “Abordaje de la Homofobia para terapeutas”.

    • “Limpiando la homofobia interiorizada”

    • “Afectividad y sexualidad para hombres gais y bisexuales”

    •  Co-terapia grupal para hombres gais, con Martín Padilla, psicólogo.

    • Voluntario de la comisión de Educación de COGAM desde 2012.

    • Facilitador de talleres sobre diversidad afectivo sexual y prevención del acoso homofóbico en institutos de la Comunidad de Madrid en el marco del plan Educa 2012 (2013-16).

    • Responsable de la formación de nuevos voluntarios de la comisión de Educación de COGAM durante 2014-15.

  •  
  • Autor de:
    • Gatti Díaz, M. (2010). Homofobia y Terapia Gestalt. AETG.
    • Gatti Díaz, M. (2013). Homofobia interiorizada. Visión y tratamiento en Terapia Gestalt. Revista de Terapia Gestalt 33, 238-50. AETG.
    • Gatti Díaz, M. (2015). Introyección y discriminaciones. Dificultades para el encuentro. Revista de Terapia Gestalt 35, 89-111. AETG
    • Gatti Díaz, M. (2017). El modelo patriarcal de masculinidad. Revista de Terapia Gestalt 37, 270-286. AETG.
    • Gatti Díaz, M. (2018). Heteronormatividad y estrés de las minorías. Revista de la Fundación Sexpol, 129 (3). Sexpol.
    • Gatti Díaz, M. (2018). Homonormatividad y su necesaria superación. Revista de la Fundación Sexpol 131, (4). Sexpol.
    • Gatti Díaz, M. (2019). Las personas LGBT y sus “hermanas”. Revista de Terapia Gestalt 39, 257-284. AETG.
    • Gatti Díaz, M. (2020). Feminismos y personas LGBT. Revista de Terapia Gestalt 40, 201-214. AETG.
Sociólogo

FABIÁN LUJÁN ACEVEDO

ESPECIALISTA EN TERAPIA DE REENCUENTRO
  • Licenciado en Sociología (UCM).
  • Diploma “Estudios de la Violencia de Género» (UCM).
  • Máster en Autoconocimiento, Sexualidad y Relaciones Humanas (UAH).
  • Experto en Coordinación de Grupos Comunitarios para la Salud (UAH).

 

  • Perteneciente al Instituto de Terapia de Reencuentro dirigido por Fina Sanz.
  • Colaborador del Centro de Estudios de la Condición Masculina dirigido por Luis Bonino.
  • Coordinador de Grupos de Hombres.
  • Acompañante en procesos de pareja.
  • Acompañante en dificultades sexuales.
  • Acompañante en comunidades educativas.
  • Intervención con Hombres y Adicciones.
  • Intervención y Violencia de Género.
  • Formador para equipos de profesionales de la intervención socio-sanitaria.
  • Docente en Títulos Propios, Masters y Programas de Formación.

 

  • Formado en:

    • Género y Masculinidades. Programa de Formación Profesional en Masculinidades.

    • Crecimiento Erótico y Desarrollo Personal. Formación Sexológica-Terapéutica.

Psicóloga clínica

CRISTINA GARAIZABAL ELIZALDE

  • Experta en problemáticas relacionadas con la diversidad sexual y el género.
  • Imparte formación en psicoterapia feminista en Madrid y Barcelona.
  • Experiencia clínica tanto individual como con parejas y grupos.
  • Supervisiones.
  • Trabajo socio-comunitario con asociaciones.
  • Profesora en diferentes Másters Universitarios sobre género, salud mental, diversidad sexual, transexualidades e identidades.
  • Larga trayectoria en el acompañamiento terapéutico a personas trans.
  • Ha publicado numerosos artículos en diversas revistas sobre estos temas.
  • Autora del libro El dolor Invisible en colaboración con Norma Vázquez
  • Autora de diversos artículos sobre el tema en diferentes libros: «Transexualidad, transgenerismo y cultura» Ed. Talasa y compilado por José Antonio Nieto; «Transexualidades», compilado por el Dr. Antonio Becerra, «Ser Transexual», publicación compilada por la Unidad de Género del Hospital Clínic de Barcelona y «El género desordenado», editado por Gerar Coll-Planes y Miquel Missé en la Ed. Egales.
Psicóloga Sanitaria

ANA DEL POZO PALOMO

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Nº colegiada M-23816
  • Licenciada en Psicología (UCM).
  • Doctorado (Periodo docencia) “Psicología evolutiva y del desarrollo” (UCM).
  • Magister “Neuropsicología infantil” (UCM).
  • Especialista Gestalt.
  • Formada en:
    • Psicodiagnóstico: “Codificación e Interpretación del sistema comprehensivo del Rorschach”. (Concepción Sendín)
    • Máster en Psicoterapia Individual y de Grupo. (Instituto de Interacción Madrid)
    • Psicoterapia con orientación de género (Nora Levinton)
    • Duelo. (Alba Payás)
    • Técnica Psicoanalítica y su aplicación práctica al estudio de casos clínicos. (Mª Teresa del Moral)
    • A vueltas con el deseo. Su importancia en la clínica psicoanalítica. (Psyquia)
    • Formación en perspectiva de género e igualdad. (Moiras S.L.)
  • Miembro de la AETG,  Asociación Española Terapia Gestalt.
  • Miembro de la SERYMP, Asociación Española de Rorschach y Métodos Proyectivos.
  • Socia fundadora de la Asociación de Psicología y Psicoterapia Feminista.
  • Autora:
    • Artículo “Los estereotipos de género en la población juvenil y prevención de la violencia de género”.  Boletín ECOS. FUHEM Ecosocial  (2015).
  • Co-coordinadora
    • Libro “El desafío de educar en un mundo incierto” (2014).
  • Coautora
    • “Prevenir la violencia de género en jóvenes”. Guía didáctica para el Programa de aprendizaje permanente. OAPEE (2011).
    • «Con vistas a la Igualdad». Guía de talleres de Igualdad y Educación no sexista. Ayuntamiento de Madrid (2008).
Educadora Social

SARA VÁZQUEZ GONZÁLEZ

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
saravg@gpyf.es 
  • Diplomada en Educación Social (UCM).
  • Especialista Gestalt (GPyF).
  • Experto Universitario “La acción terapéutica y su repercusión práctica: de la subjetividad a lo social” (UNED).
  • Formada en:
    • Terapia Feminista y Transformación Social (PTF)
    • Eneagrama I, II, y III (GPyF)
    • Aproximación a la diversidad afectivo-sexual y de género en el acompañamiento terapéutico (GPyF y PTF)
    • Educadora en el medio penitenciario, por la Escuela Pública de Animación de la Comunidad de Madrid
    • Curso “Escuela Sobre Marginación”
Educador social

RUBÉN PEDRO PIÑERA PÉREZ

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
rubenppp@gpyf.es
  • Diplomado en Educación Social (UVA).
  • Especialista Gestalt (GPyF).

 

  • Formado en:
    • Eneagrama.
    • Psicoterapia feminista y transformación social.
    • Psicoterapia afirmativa de la diversidad sexual y de género.
    • Atención a parejas y a vínculos afectivos.

 

  • Miembro Titular de la Asociación Española de  Terapia Gestalt (AETG).
  •  
  • Autor de:
    • Piñera Pérez, R. P. (2022). Identidades sexuales y de género no normativas. Una aproximación gestáltica, feminista y afirmativa. AETG.
    • Piñera Pérez, R. P. (2020). Homofobia e identidad no normativa. Una mirada gestáltica y feminista. Voces Invisibles. Feminismos y género en terapia Gestalt. Revista AETG 40, 189-200. AETG.
Especialista en enfoque Gestáltico

ENRIQUE CALVO GONZÁLEZ

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO

enriquecg@gpyf.es

  • Especialista Gestalt (GPyF) con enfoque interseccional.
  • Facilitador y dinamizador en grupos de hombres y trabajos con masculinidades.
  • Co-fundador de la escuela de ocio “El barranco “espacio para el trabajo del ocio, la salud y lo sociocultural en el ámbito de lo rural.
  • Acompañante en procesos de pareja.
  • Activista en movimientos sociales.
  • Intervención y acompañamiento a personas presas.
  • Dinamización y resolución de conflictos en espacios grupales.
  • Agente de igualdad de género.
  • Colaborador con espacios de igualdad de la comunidad de Madrid.
  • Formado en:
    • Terapia Feminista y Trasformación social (PTF)
    • Eneagrama
Especialista en Enfoque Gestáltico

ANDRÉS MOLINA HERRERO

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
  • Educador infantil con experiencia en escuelas de la red pública y en escuelas autogestionadas.
  • Especialista Gestalt (GPyF).
  • Formado en:
    • Psicoterapia Feminista y transformación social (PTF).
    • Psicología de los Eneatipos: Eneagrama (GPyF).
    • Masculinidades y feminismos.
    • Diversidad Sexual y de Género en el acompañamiento psicosocial.
    • Coeducación

 

  • Miembro Adherente de la Asociación Española de Terapia Gestalt (A.E.T.G.).
  • Formador de Acompañamiento a Masculinidades desde la perspectiva feminista.
  • Facilitador de grupos de hombres en GPyF.
  • Acompañante en procesos de pareja.
  • Facilitador de grupos de hombres para la prevención de la violencia de género. Cepaim y Espacios de Igualdad del Ayuntamiento de Madrid.
  • Formador de facilitadores de grupos de hombres, promotores de igualdad y coeducación. Cepaim, Espacios de Igualdad del Ayuntamiento de Madrid y Ayuntamiento de Coslada.
Psicóloga

PAULA CAMPO ARRASTIA

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Nº colegiada M-31763
  • Licenciada en Psicología (UPV).
  • Especialista en enfoque gestático (GPyF)
  • Máster en terapia sexual y de pareja con perspectiva de género (Fundación Sexpol).

 

  • Formada en:
    • Psicoterapia Feminista y Transformación Social (PTF).
    • Psicología de los Eneatipos: Eneagrama (GPyF).
    • Terapia sistémica (Psicogestalt).
    • Técnica de la caja de arena (IPG).
    • Mediación e intervención en situación de abuso de sustancias (Hegoak).

 

  • Acompañamiento a personas con parálisis cerebral (ASPACE).
  • Co-fundadora de la escuela de ocio “El barranco“ espacio para el trabajo del ocio, la salud y lo sociocultural en el ámbito de lo rural.
  • Terapeuta del equipo de psicoterapia feminista y transformación social.
  • Terapeuta individual, de pareja y de grupo.

 

  • Miembro de la Asociación Española de Terapia Gestalt (A.E.T.G).
Psicóloga y socióloga

PAULA ÁLVAREZ-OSSORIO PIÑERO

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Nº colegiada M-37237
paulaap@gpyf.es
  • Graduada en Psicología (UOC).
  • Máster en Relaciones Internacionales, Seguridad y Desarrollo (UAB).
  • Experta en Proyectos de Cooperación para el Desarrollo (Universidad de Alcalá)
  • Licenciada en Sociología (Universidad Carlos III de Madrid).
  • Especialista Gestalt (GPyF)

 

  •  Formada en:
    • Terapia Sistémica (Psicogestalt)
    • Psicología Afirmativa en Diversidad Sexual y de Género (COP)
    • Terapia Feminista y Transformación Social (PTF)
    • Psicología de los eneatipos: Eneagrama (GPyF)
    • Psicopatología para gestaltistas (Espacio Interno)
    • Abordajes psicoterapéuticos del trauma desde la perspectiva de género (Nara Psicología)
    • EMDR Nivel I (Instituto EMDR)
    • Técnica de la Caja de Arena (La Periférica)
    • Programa de Reducción del Estrés basado en el Mindfulness (Nirakara)
    • Psicopatología Psicodinámica y Psicodrama Bipersonal: Los Trastornos Límites de la Personalidad (La Periférica)
    • Violencia Intragénero (Pink Therapy Institute)
    • Teorías Feministas (UAM)
    • Intervención en Mujeres Víctimas de Violencia de Género (INESEM)
    • Salud Mental y Género (PeriFéricas)
    • Persecución por Orientación Sexual e Identidad de Género: Mecanismos de Protección Internacional a Personas LGTBI (ONG Rescate)
    • Mediación Intercultural con Enfoque de Género (PeriFéricas)
    • Derechos Humanos, Cooperación al Desarrollo y Relaciones Norte/Sur (Observatori DESC)

 

  • Miembro adherente de la Asociación Española de Terapia Gestalt (A.E.T.G).
Psicóloga Humanista

Marian Sánchez Ramos

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Nº colegiada M-33699
  • Licenciada en Psicología (AUM).

  • Certificado de Aptitud Pedagógica (UAM).

  • Máster en Educación y Promoción para la Salud (Centro Universitario de Salud Pública – UAM).

  • Máster en Inteligencia Emocional y Coaching (UAH).

  • Especialista Gestalt.
  • Formada en:

    • Psicopatología para Gestaltistas (EspacioInterno Psicología).
    • Analista Bioenergética (2019-2025) (International Institute for Bionergetics Analysis).

    • Nivel II EMDR (EMDR Institute, Inc. y la EMDR Europe Association).

    • Trauma complejo, apego y disociación: el trabajo con EMDR en la traumatización compleja (Asociación EMDR España).

    • Desastre, Trauma y Recuperación (Colegio Oficial de la Psicología de Madrid).

    • Psicología de emergencias y EMDR durante el Coronavirus (Asociación EMDR España).

    • Acompañando a vivir: Como ayudar a afrontar la muerte en niños y familias por el COVID-19. Un granito de recursos regulatorios (Asociación EMDR España).

    • Acompañamiento al duelo por Covid-19 (Colegio Oficial de la Psicología de Madrid).

    • Participación en el Programa de Intervención de Apoyo en Crisis COVID-19 (Asociación EMDR España).

    • Jornada Dolor Crónico Post Covid (Escuela Andaluza de Salud Pública).

    • Jornada Prevención del Suicidio (Escuela Andaluza de Salud Pública).

    • Especialista en Coaching de Equipos de Alto Rendimiento (Universidad de Alcalá de Henares).

    • Coaching e Inteligencia Emocional (Universidad Complutense de Madrid).

    • Técnicas de Programación Neuroligüística (PNL) (Universidad de Alcalá de Henares).

    • Técnicas Ericksonianas (con Luis Bueno y el Instituto de Potencial Humano).

    • Aplicaciones en el manejo de Emociones (Universidad Nacional de Educación a Distancia).

    • Técnicas de Integración Cerebral (N-Acción).

    • Diversos estudios especializados en el ámbito de la Formación para Formadores/as en la Escuela Pública de Animación y Educación Juvenil de la Comunidad de Madrid (EPAEJ).

  • Miembro Adherente de la Asociación Española de Terapia Gestalt.
  • Asociada en la Asociación EMDR España.
  • Asociada en la Asociación Análisis Bioenergético de Madrid y el International Institute for Bionergetics Analysis.
  •  
Psicóloga Sanitaria

LUCÍA CARRIZO LÓPEZ

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Nº colegiada M-03440
  • Licenciada en psicología (UAM).
  • Experto en intervención psicológica en situaciones de crisis, emergencias y urgencias (UAM en colaboración con SAMUR y Cruz Roja).
  • Formación en intervención psicológica con personas víctimas de violencia de género (UAM).

 

  • Formada en:
    • Eneagrama (GPyF)

    • Terapia Feminista y Transformación Social (PTF)

    • Una aproximación a la diversidad afectivo-sexual y de género en el acompañamiento psicosocial (PTF-GPyF)

    • Experta agente de igualdad de género (AYGE)

 

  • Tutora externa de la Universidad Complutense en proyectos de intervención en Servicios Sociales con personas que cuidan.
  • Acompañamiento en talleres de crecimiento personal y gestión emocional en puntos de igualdad de la Comunidad de Madrid, colegios y centros de día.
Psicóloga Sanitaria

ESPERANZA MONTERO LATORRE

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Nº Colegiada M-19577
  • Licenciada en Psicología (UAM).
  • Diplomada en Magisterio de Pedagogía Terapéutica (UPSA).
  • Especialista Gestalt (GPyF).

 

  • Formada en:
    • Psicología de los Eneatipos-Eneagrama (GPYF).
    • Psicoterapia Feminista y Transformación Social (PTF).
    • Terapia Familiar Sistémica (Norma Mollot).
    • Familias migrantes: intervención desde el modelo sistémico-ecológico (Jaime Inclán).
    • Psicoeducación, asesoramiento y apoyo a familias de personas con enfermedad mental (Centro de Formación e investigación en Servicios Sociales).
    • Especialista en Educación para la Salud, (Escuela de Animación de la Comunidad de Madrid).
    • «Cuerpo y arte» y «Con pies y cabeza» (Susana Estela).

 

  • Miembro de la Asociación Española de Terapia Gestalt (A.E.T.G).
Psicóloga Sanitaria

ELENA SARMIENTO DE SOTOMAYOR Y DE MIGUEL

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Nº colegiada M-33575
  • Licenciada en Psicología (UCM).
  • Máster en Psicología General Sanitaria (UNIR).
  • Máster en Dirección de Recursos Humanos (ESIC).
  • Especialista Gestalt (GPyF).
  • Formada en:
    • E.M.D.R
    • Bioenergética integrativa
    • Psicoterapia Feminista y Transformación Social
    • Psicología afirmativa de la diversidad sexual y de género
    • Psicología de los Eneatipos – Eneagrama
    • Counseling de duelo, pérdidas y trauma
    • Terapia asistida con animales
    • Grafología

 

  • Miembro de la Asociación Española de Terapia Gestalt (A.E.T.G.)
Especialista en Enfoque Gestáltico con Enfoque de Género

SILVIA GONZÁLEZ ALONSO

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO CON ENFOQUE DE GÉNERO

silviaga@gpyf.es

 

  • Doctora en Epidemiología y Salud Pública (URJC).
  • Certificado de Aptitud Pedagógica (Actual Máster de Formación al profesorado) (UCM).
  • Especialista Gestalt (GPyF).

 

  • Formada en :
    • Psicoterapia Feminista y Transformación social.
    • Formación Sistémica desde la visión Gestáltica.
    • Psicología de los Eneatipos – Eneagrama.
    • Terapia de pareja Sistémico-Relacional.
    • Dinamizadora Comunitaria en prevención de Violencia de Género.

 

  • Miembro Titular de la Asociación Española de Terapia Gestalt (A.E.T.G).
  • Formadora y dinamizadora de grupos de mujeres, realizando talleres enfocados al desarrollo personal desde la perspectiva de género.
  • Profesora de la URJC en cursos de salud y género.
  • Co-organizadora de las Jornadas: Ciencia, Salud y Género en la URJC.

 

Autora y coautora de:

  • Autora de la Tesina: Locas de Atar: Gestalt y Salud Mental con perspectiva Feminista (2020).
  • Co-autora del artículo Feminización de la locura. Psicopatología con perspectiva feminista, en la revista Voces Invisibles. Feminismos y género en la terapia Gestalt (2020).
  • Numerosos artículos científicos y capítulos de libros.
  • Proyectos de innovación docente.
  • Co-autora de la Web: Salud mental, género y literatura.
  1.  
Trabajadora Social

MÓNICA GONZÁLEZ DÍAZ

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
monicagd@gpyf.es
  • Trabajadora Social con amplia experiencia en el ámbito socio sanitario.
  • Acompañante en contexto de Adicciones y Salud Mental.
  • Magister en Adicciones. UCM.
  • Formadora en el Máster de Psicopatología UNED.
  • Formadora en perspectiva de género en curso de posgrado en Centre de Teràpia Interfamiliar.
  • Amplia experiencia en gestión de intervenciones grupales en contextos terapéuticos, sociales y educativos.
  • Técnico Especialista en Educación Infantil.
  • Acompañante en Programa de Violencia Filioparental.
  • Acompañante del Programa de Apoyo en Red en contexto terapéutico y educativo, en colaboración con Fundación Aprender.
  • Formada en:
    • Eneagrama.
    • Terapia Sistémica.
    • Diálogos gestálticos con el cuerpo. Con metodología Adriana Schnake.
    • Juego diagnóstico. Diana C de Baumann.
    • Herramientas para la empatía: Comunicación no violenta.
    • Psicoterapia Feminista y Transformación Social.
    • Intervención con Adolescentes Adoptados y sus familias, en situación de conflicto y violencia.
    • Técnica caja de arena.

 

  • Miembro Titular de la Asociación Española de Terapia Gestalt (A.E.T.G.).
  • Autora de:
    • «El viaje de Marco Polo. Mapa de la ruta de las Drogodependencias», AETG 2013.
  • Co-autora de:
    • “Qué es mío y qué es de mi hijo”. I Congreso Nacional de Violencia Filio Parental.
Trabajadora Social

INMACULADA CASAS NIETO

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Nº Colegiada M-3546
inmaculadacn@gpyf.es
  • Diplomada en Trabajo Social (UA).
  • Especialista Gestalt.

 

  • Formada en:
    • Coaching Ontológico.
    • Psicologia de los Eneatipos-Eneagrama.
    • Terapia Sistémica.
    • Enfoque Holistico del enfermar (A. Schnake).
    • El cuerpo como herramienta terapéutica con Francis Elizalde.
    • Drogodepencias y salud mental.
    • Comunicación No Violenta con Pilar de la Torre.
    • Psicoterapia Feminista y Transformación Social.

 

  • Miembro Titular, Didacta y Supervisor por la Asociación Española de Terapia Gestalt (A.E.T.G.).
  • Acreditada como Psicoterapeuta por la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP).
  • Formadora en la Comunidad de Madrid: Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS)
  • Formadora en otras escuelas: Nelintre Terapia Gestalt (Gijón).

 

  • Coautora de:
    • Casas Nieto, I. (2006). El canto de las Sirenas: Pelando la Cebolla de las Drogo-dependencias. AETG.
Alfredo Menéndez Piñera Psicólogo Nelintre
Psicólogo e Ingeniero Industrial

ALFREDO MENÉNDEZ PIÑERA

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Colegiado Nº O-03683
  • Graduado en Psicología – Menciones en Psicología de la Salud e Intervención Clínica en Trastornos Mentales y del Comportamiento (UNED).
  • Especialista Universitario en Intervención Psicoterapéutica (UNED). 
  • Ingeniero Industrial (EPI Gijón).
  • Máster en Gestión Integral de Proyectos Industriales (CETA-DF).
  • Consultor en Sistemas de Prevención de Riesgos Laborales (nivel superior). Especialidad Seguridad en el Trabajo (EOI).
  • Especialista Gestalt (GPyF).
  • Formado en:
    • Psicología de los Eneatipos – Eneagrama
    • Psicoterapia Feminista y Transformación Social.
    • Atención a Parejas
    • Acompañamiento Oncológico
  • Miembro Titular de la Asociación Española de Terapia Gestalt (AETG).
  • Fundador de Nelintre Terapia Gestalt
  • Formador en otras escuelas: Instituto Vasco de Gestalt.

  • Autor de:
    • Menéndez Piñera, A. (2020). Herramientas para el autoconocimiento en formaciones de Terapia Gestalt. AETG.
Ingeniero Industrial

ALFONSO MILLÁN ESCOLANO

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
  • Ingeniero Industrial (CPS Zaragoza).
  • Especialista Gestalt.
  • Formado en:
    • Movimiento, Terapia Psicocorporal y Transpersonal para el Desarrollo Armónico (Método Rio abierto)
    • Practitioner en PNL por el Instituto Español PNL
    • Eneagrama
    • Psicoterapia Feminista y Transformación Social
    • Gestión emocional (UNED)
    • Música y Psicología (UNED)
    • Musicoterapia, emociones y tecnología (UNED)
  • Miembro Titular de la Asociación Española de Terapia Gestalt (AETG).
  • Formador en otras escuelas: Nelintre Terapia Gestalt.
  • Autor de:
    • Millán Escolano, A. (2020). El ciclo gestáltico en la adolescencia: Una investigación gestáltica de las interrupciones del contacto a partir del test de Salama. AETG.
Psicóloga sanitaria

CARMEN VELAMAZÁN CABO

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Nº colegiada M-14199
carmen@gpyf.es
  • Licenciada en Psicología (UNED).
  • Diplomada en Magisterio (Escuela Universitaria del Profesorado de Educación General Básica).
  • Especialista Gestalt.
  • Especialista Universitario en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica. “El niño/a y su familia” (Comillas).

 

  • Formada en:
    • EMDR Nivel I y II. (EMDR Europe Association)
    • ENEAGRAMA Nivel I, II, III y IV (GPyF)
    • Estimulación Precoz (Comillas)
    • Psicoterapia Feminista y Transformación Social
    • Técnica en la caja de arena (Centro Núcleo)
    • Uso Terapéutico de Muñecos, Terapia Sistémica y Trauma del Niño Interior. (Instituto de Desarrollo Consciente)
    • Modelo Sanar el Sistema Interno (Instituto Desarrollo Consciente)
    • Facilitadora en el Modelo Sanar el Sistema Interno (Instituto de Desarrollo Consciente)
    • Recursos de Intervención Psicológica con Adolescentes (Centro Núcleo)
    • Estrategias de Intervención Psicológica en Infanto-juvenil (Centro Núcleo)
    • Evaluación Infantil con Técnicas Proyectivas (Centro Núcleo)
    • Psicodrama en los Trastornos Psicosomáticos (Grupo de Estudios de Psicodrama de Madrid)
    • La esencia de la PNL aplicada a la psicoterapia moderna. (Instituto de Desarrollo Consciente)
    • El uso de las cartas asociativas en terapia (Centro Núcleo)
    • Trauma y adicción, un enfoque Gestatlt (Rafael Cortina)

 

  • Miembro Psicoterapeuta, Supervisor y Docente de la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP).
  • Miembro Titular, Supervisor y Didacta de la Asociación Española de Terapia Gestalt (AETG).
  • Formadora en otras escuelas: Nelintre Terapia Gestalt.

 

  • Autora de:
    • Velamazán Cabo, C. (2010). Cuando un hombre (no) sabe amar a una mujer: amores que matan. (AETG).

 

  • Coautora de:
    • Ruiz de la Rosa, C. (2022). Formación de Terapeutas en Gestalt – Superior. GPyF.

    • Ruiz de la Rosa, C. (2024). Teoría y Metodología Gestáltica – Supervisión. GPyF.

Psicóloga Sanitaria

CRISTINA SALÍS VILLANUEVA

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
Nº colegiada M-11838
cristina@gpyf.es
  • Licenciada en Psicología Clínica e Industrial por la Universidad Complutense de Madrid.
  • Miembro Psicoterapeuta, Docente y Supervisor de la Federación Española de Asociaciones Psicoterapeutas (F.E.A.P).
  • Miembro Titular, Supervisor y Didacta  de la Asociación Española de Terapia Gestalt (A.E.T.G).
  • Miembro de la Sociedad española de Cardiología Pediátrica y cardiopatías Congénitas (SECPCC).
  • Formadora en entornos empresariales y sanitarios.
  • Formación en:
    • Eneagrama.
    • Psicoterapia Sistémica.
    • Intervención en duelo normal y duelo complicado (IPIR).
    • Coaching.
    • El cuerpo como herramienta terapéutica con Francis Elizalde.
    • Psicoterapia Feminista y Transformación Social.
  • Autora de:
    • «Cáncer y Gestalt» 2013. Tesina A.E.T.G.
  • Coautora de:
    • Guía para Padres “Tengo un hijo con Hipertensión Pulmonar» Ed Asociación Nacional de Hipertensión Pulmonar (2009)
    •  Cardiointensivismo Pediátrico. Ed. Recursos Fotográficos. Buenos Aires (2010)
    • Formación de Especialista Gestalt-Superior (2012). Madrid: GPyF.
Socióloga experta en Género - Psicoterapeuta FEAP

AZUCENA GONZÁLEZ SAN EMETERIO

ESPECIALISTA EN ENFOQUE GESTÁLTICO
azu@gpyf.es / azucena@psicoterapiafeminista.info
  • Licenciada en Sociología (UCM).
  • Postgrado en Investigación (UCM).
  • Especialista Gestalt.
  • Máster en Intervención psico-social con mujeres (COP).

 

  • Cursos de Doctorado:
    • La perspectiva feminista como teoría crítica (1998-2000)

    • La perspectiva de género en las Ciencias Sociales (2005-2008)

  • Formada en:
    • Bioenergética
    • Psicoanálisis
    • Eneagrama
    • Psicopatología para gestaltistas
    • El cuerpo como herramienta terapéutica
    • El enfoque holístico del enfermar

 

  • Miembro Titular, Supervisora y Didacta de la Asociación Española de Terapia Gestalt (AETG).
  • Miembro Psicoterapeuta y Docente de la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP).

  • Cofundadora y formadora en Psicoterapia Feminista y Transformación Social (P.T.F.). Madrid y Barcelona.

  • Coordinadora del espacio Gestalt: Pensar y aterrizar la psicoterapia feminista.

  • Cofundadora de Moiras, grupo de intervención social en género.

  • Conferenciante en Máster Universitario y ponente, en diversos foros universitarios y en el ámbito asociativo, en Perspectiva feminista en psicoterapia.

  • Formadora de Especialistas Gestalt en otras escuelas del estado español.

  • Autora de:

    • González San Emeterio, A. (2013). Perspectiva Feminista y Gestalt. (AETG).

  • Coautora de:
    • «Con vistas a la Igualdad» (2008) 
    • Ruiz de la Rosa, C. (2020). Formación de Terapeutas en Gestalt – Básico. GPyF.
    • Ruiz de la Rosa, C. (2022). Formación de Terapeutas en Gestalt – Superior. GPyF.
    • Ruiz de la Rosa, C. (2024). Teoría y Metodología Gestáltica – Supervisión. GPyF.

Psicóloga Clínica

CARMELA RUIZ DE LA ROSA

Nº colegiada M-03939
carmela@gpyf.es
  • Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid (1982)
  • Especialidad en Psicología Pedagógica (1983).
  • Experta en Eneagrama.

 

  • Formada en:
    • Eneagrama (Claudio Naranjo)
    • Los vínculos en terapia gestalt. (J. y S. Zinker)
    • Enfoque holístico del enfermar. (A. Schnake)
    • Psicodrama para profesionales de otras orientaciones. (P. Población)
    • Arteterapia en psicoterapia gestalt. (S. Ciornai)
    • Cuerpo y Gestalt. (S. Estela)
    • En busca de la mejor manera de relacionarse. (J. y S. Zinker)
    • Drogodependencias. (COP)
    • Focusing. (C. Alemany)

 

  • Directora y Responsable del «Ciclo de Formación de Especialista en Enfoque Gestáltico» en GPyF.

  • Miembro Psicoterapeuta (1995), Supervisor y Docente de la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP).

  • Miembro Titular (1998), Supervisor y Didacta de la Asociación Española de Terapia Gestalt (AETG).

  • Tutora docente del Máster de Intervención Psicoterapéutica, que imparte la UNED. Responsable del Módulo Experiencial (Gestalt-Focusing-Bioenergética).

  • Tutora de los Prácticums de Psicología en la UCM, UNED, UAM, UOC, Comillas, UDIMA, UAH, VIU y UNIR

  • Formadora de Especialistas Gestalt en otras escuelas del estado español (ISURI, Aula Balear de Gestalt y Nelintre Terapia Gestalt).

  • Autora de:

    • Ruiz de la Rosa, C. (2016). Eneagrama para terapeutas. Desclée de Brouwer.

    • Ruiz de la Rosa, C. (2017). Introducción a la psicopatología para gestaltistas. GPyF.

    • Ruiz de la Rosa, C. (2020). Formación de Terapeutas en Gestalt – Básico. GPyF.

 

  • Coautora de:

    • Ruiz de la Rosa, C. (2022). Formación de Terapeutas en Gestalt – Superior. GPyF.

    • Ruiz de la Rosa, C. (2024). Teoría y Metodología Gestáltica – Supervisión. GPyF.

Psicoterapia y acompañamiento en el autoconocimiento

GRUPO DOLOR CRÓNICO

Coordina: Marian Sánchez
+Info:  91 344 05 85 / info@gpyf.es

Grupo terapéutico y espacio de encuentro

Las personas con dolor crónico saben muy bien lo difícil que en ocasiones resulta realizar las tareas sencillas de la vida cotidiana y poder disfrutar de ellas. Aprender a vivir con dolor crónico es un camino que estas personas han de emprender en algún momento, para poder aumentar su calidad de vida y su bienestar.

Este camino, como cualquier otro por un entorno natural, tiene pendientes para las que hace falta tener un buen apoyo, recodos que no nos dejan ver qué viene después, bifurcaciones en las que hay que tomar la decisión de continuar por un lado o por otro, buenas sombras en las que pararse a descansar, zonas llanas en las que poder disfrutar distraídamente del paisaje, miradores con vistas a todo el trayecto recorrido y al lugar hacia el que vamos, así como muchos otros hitos.

Ofrecemos un Grupo Terapéutico desde la Psicología Humanista y la perspectiva gestáltica para acompañar a personas con dolor crónico en un tramo de su camino de aceptación y aprendizaje, para lograr una vida con mayor bienestar.

Será un grupo reducido en el que poder tratar algunos temas fundamentales para la gestión emocional y que a la vez sirva como espacio para compartir experiencias, sentir el apoyo y la calidez de personas en situaciones similares y aprender cómo poder enfrentar momentos personales de tristeza, miedo y enfado sin caer en el desagradable pozo de la ansiedad y la depresión.

 

Fechas: Abril – Junio 2025

Horario: Martes de 17:00 a 19:00h

 

Psicoterapia y acompañamiento en el autoconocimiento

GRUPO DE HOMBRES

Jaque a la masculinidad

Coordinan: Enrique Calvo y Andrés Molina
+Info:  91 344 05 85 / info@gpyf.es

Proceso en grupo: Abordaje gestáltico y feminista

El objetivo de explorar la construcción social de la masculinidad implica un análisis profundo de cómo hemos sido socializados como hombres y cómo esta socialización influye en nuestras maneras de estar en el mundo y de relacionarnos con otras personas. Este abordaje se realiza a través de varias perspectivas y metodologías, integrando el trabajo grupal, los enfoques feministas, la introspección personal y el respeto a los procesos individuales.

Nuestra mirada:

  • Grupo de hombres: El trabajo en grupo potencia el proceso personal, ya que los participantes del grupo son un espejo que nos devuelve aquello que tenemos en sombra. La reflexión y el intercambio compartido facilitan la toma de conciencia y la deconstrucción de estereotipos y roles de género.
  • Feminismos: Ofrecen un marco teórico desde el que los hombres podemos cuestionar el lugar de poder que tenemos en la sociedad, en el trabajo, en las relaciones y en la sexualidad.
  • Desde lo personal: Compartir nuestra historia y nuestro contexto, reflexionar juntos para identificar la manera en la que ponemos en práctica nuestra masculinidad y observar cómo es cambiante en función de las vivencias individuales y del momento vital.
  • Respeto a los procesos personales y apoyo mutuo: Respetar el proceso personal de cada participante fomentando un entorno seguro y acogedor en el que cada hombre pueda explorar su identidad sin juicio ni presión.

El enfoque gestáltico ofrece una amplia gama de técnicas que fomentan el autoconocimiento y la responsabilidad sobre la propia experiencia y comportamientos, facilitando la evolución y el crecimiento personal.

Nuestro trabajo consiste en promover el «darse cuenta» acompañando, en ningún caso empujar o forzar el cambio.

 

Fechas: Enero – Marzo 2025

Horario: Lunes de 18:30 a 20:00h

Psicoterapia y acompañamiento en el autoconocimiento

INFANCIA Y ADOLESCENCIA

Coordina: Carmen Velamazán Cabo
+Info: 91 344 05 85 / info@gpyf.es

La Terapia Gestalt, como terapia humanista que es, concibe al infante desde una perspectiva optimista, es decir cree en sus potencialidades y en su tendencia innata a la salud y al crecimiento. Cuando una niña o un niño son traídos a consulta es porque esta tendencia se fractura de alguna manera, bien sea por una situación conflictiva, una pérdida, algún dolor o alguien que se lo impide.

Nuestra concepción es holística, es decir, que se tiene en cuenta el desarrollo evolutivo, tanto en lo cognitivo como en los aspectos emocionales y relacionales. Dicha concepción es lo que hace que la intervención en Gestalt no se ocupe exclusivamente del síntoma; no es una terapia que sólo quiera curar tics, terrores nocturnos o conductas de aislamiento. Su objetivo es favorecer el desarrollo integral del niño o la niña que acude a consulta. El síntoma es la manifestación de algo que está ocurriendo internamente y es ese «algo» lo que bloquea la tendencia al crecimiento sano y esperable.

Todos los principios de la Terapia Gestalt cobran sentido en el trabajo terapéutico con infancia y adolescencia: darse cuenta, aquí y ahora, figura y fondo, contacto, polaridades, ciclo de necesidades… Se utilizan un sinfín de técnicas, adaptadas a cada momento evolutivo, que permiten explorar y resolver los conflictos internos de una manera creativa y constructiva. Veamos algunas:

  • Juego dirigido: Utilizado para explorar y expresar emociones y pensamientos de una manera segura y controlada.
  • Dramatizaciones: Permiten representar situaciones conflictivas y encontrar nuevas formas de afrontarlas.
  • Caja de arena: Facilita la expresión simbólica de experiencias internas a través de la creación de escenas con figuras en una caja de arena.
  • Cuentos: Utilizados para abordar temas difíciles de una manera accesible y comprensible.

 

Como terapeutas, nuestra postura hacia los niños y niñas se basa en el respeto profundo y la consideración genuina. Esto implica escuchar activamente, validar sus emociones y opiniones y evitar cualquier forma de invasión, agresión o ridiculización. La idea es no pasar nunca por encima de sus necesidades y deseos, sino trabajar en conjunto con ellos, respetando su ritmo y proceso individual.

Es fundamental proporcionar experiencias en las que infante y adolescente sientan seguridad y protección, con el fin de que las mismas contribuyan a ampliar su autoconcepto, fomenten una percepción positiva de sí, y promuevan el respeto y la autoestima.

Estar presente en su mundo implica atender con todos nuestros sentidos y sintonizar con sus necesidades y preocupaciones. Esto también supone expresar nuestros propios sentimientos de manera abierta y honesta, modelando una comunicación auténtica y transparente.

Mostrar que valoramos sus acciones y pensamientos, lo que dice, hace, construye, siente, piensa o le preocupa, con el fin de que aprenda a valorarse a sí mismx. La valoración mutua crea un «pasa manos» simbólico, una red de apoyo que le sostiene y guía en su desarrollo psicoemocional y social. Además, le permite incorporar habilidades sociales saludables, como la empatía, la asertividad y la capacidad de generar vínculos significativos con las personas de su entorno.

Psicoterapia y acompañamiento en el autoconocimiento

GRUPO TERAPÉUTICO

Coordinan: Lucia Carrizo y Paula Campo
+Info:  91 344 05 85 / info@gpyf.es

Con perspectiva gestáltica, feminista y afirmativa

Proponemos un espacio de desarrollo y enriquecimiento personal para aprender en grupo acerca de cómo somos y cómo nos relacionamos con las personas que nos rodean. Para ello se pondrá en el centro el mundo emocional identificando lo que nos pasa y qué hacer con eso que sentimos; hablaremos de vínculos, límites, tanto internos como externos, experiencias vitales y de todo aquello que impacta en nuestro día a día.

El enfoque gestáltico ofrece una amplia gama de técnicas que dan información de las vivencias subjetivas y persiguen que la persona se dé cuenta de cómo hace en el presente para responsabilizarse y provocar un cambio que mejore su estar en el mundo y su forma de relacionarse.

El trabajo grupal permite acercarse al conocimiento propio a través de la mirada de las demás personas, quienes hacen de espejo y amplifican la posibilidad de darse cuenta tanto de lo externo como de lo que pasa por dentro de cada quien. Se trata de un proceso de descubrimiento interno desde lo colectivo. Ofrece, a su vez, la oportunidad de observar las diferentes maneras de habitar el mundo, observar, compartir y acompañar las vivencias de las otras personas que forman parte del proceso.

Nos importa que el espacio terapéutico sea con perspectiva feminista y afirmativa, para poder dar un marco de entendimiento a los diferentes dolores, relaciones de poder y vivencias que nos atraviesan en la estructura patriarcal, acogiendo todo tipo de identidades. Nos importa mucho, construir un lugar común y ampliamente diverso de cuidado mutuo y aceptación, donde quepan muchas realidades y donde no se pierda la perspectiva de los diversos ejes de dominación-sumisión que se dan en el ámbito social, cultural e histórico.

Psicoterapia y acompañamiento en el autoconocimiento

PROCESO DE PAREJAS

Coordina: Azucena González San Emeterio
Entrevista de encuadre: 91 344 05 85 / info@gpyf.es

El proceso de pareja o del vínculo afectivo-sexual, permite aprender herramientas nuevas para gestionar las situaciones que estén generando conflicto en el vínculo, haciendo hincapié en el mundo emocional de cada parte, facilitando la comunicación y desarrollando maneras de escucharnos y entendernos desde el reconocimiento mutuo y la aceptación de nuestras diferencias.

Resulta importante entender cómo cada persona participa en la construcción de la dinámica relacional, aportando cualidades nutritivas para la misma y también aspectos que la dañan.

Este tipo de proceso nos ofrece la posibilidad de indagar en las dificultades de nuestras relaciones sentimentales, para poder desarrollar mayores niveles de conciencia dentro de las mismas, poder mejorar nuestros vínculos, observar cuán de posibles son y resignificarlos en función de las necesidades y de los cambios que se vayan dando en el histórico de la relación; pudiendo también gestionar la posible separación y despedida de una forma respetuosa.

Permite, asimismo, ampliar la comunicación, la escucha activa, conocer el impacto que tiene cada carácter en el (los) vínculo(s), resolver asuntos pendientes si los hubiera, abrir nuevas vías de resolución que quizá estén sin explorar en los conflictos que se estén dando, etc.

Entendemos por vínculos afectivo-sexuales relaciones monógamas, poliamorosas, abiertas, cerradas, etc. También relaciones en las que la afectividad puede tener mayor presencia que la sexualidad (incluso ser un vínculo asexual) o donde la sexualidad tenga un papel principal. En definitiva, ampliamos el concepto de relación en función de la variedad de vínculos sexo-afectivos que existen en nuestra sociedad.

Psicoterapia y acompañamiento en el autoconocimiento

PROCESO INDIVIDUAL

Coordina: Carmela Ruiz de la Rosa
Entrevista de encuadre: 91 344 05 85 / info@gpyf.es.

Es un encuentro entre dos personas en el que abordar aquellas cuestiones que inquietan a quien consulta.

La persona que solicita este tipo de proceso comienza un viaje hacia su interior en el que la persona que acompaña es guía fundamental. Nuestro trabajo es alumbrar las partes en sombra para propiciar el autoconocimiento. Nos apoyamos en los conceptos teóricos propios de la Gestalt, así como en sus técnicas, y, sobre todo, en la actitud de máximo respeto y ausencia de juicio característica de nuestra orientación.

Entre las finalidades del proceso, está que la persona se haga consciente de lo que piensa, siente y hace. En el desajuste de esas tres acciones se originan los dolores y bloqueos vitales que suponen conflicto y derivan en sufrimiento emocional, justificando la búsqueda de ayuda terapéutica. Buscar la congruencia entre lo que se siente, se piensa y se hace, es una acertada manera de describir el discurrir de un proceso de autoconocimiento, desde la orientación gestáltica.

El objetivo de todo trabajo individual es dotar a la persona de herramientas para manejar, de una manera creativa, los recursos con los que cuenta. En Gestalt perseguimos la integración y fomentamos la responsabilidad, entendiendo que cada quien es agente activo en lo que se refiere a la manera de dotar de sentido y de significado sus distintos momentos vitales y a la hora de gestionar sus períodos de crisis.

Acompañamos a la persona por un camino que no ha sido previamente acordado, sino que va cocreándose. Facilitamos las respuestas a los conflictos emocionales que traen quienes buscan ayuda psicoterapéutica. Invitamos a bucear en lo intrapsíquico, para encontrar los asuntos no resueltos y hallar las respuestas a los dolores y conflictos no nombrados.

Pretendemos resolver los asuntos pendientes y asimilar las experiencias, poniendo conciencia en la resignificación de los acontecimientos del pasado que no se pueden cambiar. De este modo, promovemos estrategias más adaptativas y menos desajustadas en lo que al grado de bienestar de la persona se refiere, en su momento presente. Buscamos que se sienta más competente para afrontar las vicisitudes de la vida.

Cuando se es consciente de un desajuste, siempre es más fácil abordarlo y verlo desde otra perspectiva, incluso cuando no se resuelve definitivamente.